pensamiento

by eder.valdez@gmail.com

martes, 29 de junio de 2010

Si puedes creer, al que cree todo le es posible. Por Gustavo Uriel Porras

Si puedes creer, al que cree todo le es posible. Marcos 9:23 ¿Problemas?, quisiera saber de alguien que no tenga o haya tenido algún tipo de problema, ya sea emocional, físico o espiritual, todo ser humano en lo absoluto en alguna etapa de nuestra vida hemos presenciado o vivificado un problema, quizás unos más grandes que otros, pero al fin de cuentas problemas. En ocasiones tenemos la deliberada idea que no podemos enfrentar las situaciones tan amenazantes que se nos presentan en la vida, surgiendo así, la cuestión de ¿Por qué estoy pasando por esto?, humanamente podemos afirmar que solo alcanzamos a ver todo aquello que nuestro ojo físico procesa y nos subsistimos con tal limitación que tan solo es natural y física, olvidándonos de la capacidad tan brillante que Dios ha puesto en nosotros y así ayudarnos a enfrentar cualquier situación por más frustrante que esta sea, sin embargo existen ocasiones en la que no la percatamos por estar tan ocupados en la preocupación para tales amenazas, dejando de lado la perfecta solución. Pero hoy, yo quiero expresarte que hay algo más allá, algo que no podemos ver a simple vista, algo que no sucederá hasta que te atrevas a creer, y creer en lo sobrenatural, al hablar de esta palabra “sobrenatural” me refiero Al Creador de los cielos y la tierra, Al GRAN YO SOY. Dadas estas palabras, te preguntaras ¿Cómo creer en alguien que no he visto a lo largo de mi vida?, pues es allí, cuando tu corazón conoce la sed y tu espíritu el hambre de querer cambiar y enmendar tu vida, para darle una oportunidad a quien te ha dado la vida, sin embargo, para esto se requiere fe, se requiere certeza de aquello que esperas, así como convicción de lo que no ves. La fe va acompañada con cambios personales que van enderezando el sutil equilibrio de nuestras acciones diarias. Con serenidad iras viendo mas clara la salida, que siempre estuvo allí, solo que antes no la buscabas en el terreno correcto. Y recuerda que, para el que le cree a Dios, TODO, TODO, le es posible, decirlo es bello, experimentarlo aún mejor.

martes, 22 de junio de 2010

Jugando con las emociónes


Desde mi punto de vista, las emociones son altamente manipulables. Podemos jugar constantemente con nuestro estado de ánimo provocando cambios nosotros mismos.
Por ejemplo; si estamos en un estado transitorio de felicidad podemos pasar a la amargura y disgusto de un momento a otro si nosotros no lo proponemos. Es muy simple.
En muchas ocasiones las emociones son totalmente llevadas a cabo y manipuladas por los impulsos. (Sistema límbico) ya que existen muchos factores externos ambientales que influyen de manera importante.
Las altas y bajas en nuestras emociones nos llevan a cambios importantes en nuestra conducta (ya sean negativos o positivos), con esto no estoy insinuando que las emociones sean malas, al contrario, son parte esencial de nuestra vida diaria, lo malo es cuando no tenemos control sobre ellas y somos manipulados directamente por  impulsos.
“El cuerpo  humano es un excelente esclavo o el yugo más pesado que se puede cargar durante toda la vida. Yo no soy sirviente de mi cuerpo, el cuerpo es mi fiel sirviente.”
 Eder Fco. Valdéz Servín. 2008.





viernes, 11 de junio de 2010

CANCER por Michelle Caballero Coronado


Que se hace oh Dios mío
cuando el odio
satura mi cuerpo
cuando la amargura
circula en mi sangre
y la sombra que se arrastra
por mi cuerpo seca todo.

No existe el perdón
en mi vocabulario
no hay amor
en el corazón.

Inunda el pecado la vida,
Convirtiéndola En perdición.

Como le explico
Al mundo que existes,
Como le digo a
Mis hijos de ti

Quiero tornar
de arcoíris mi vida
y pintar sus vida de luz.

Ayúdame oh Dios mío
a que el odio no sature mi vida
y la amargura no circule en mi sangre
dame la gracia para entender
que la vida se va por no perdonar.

miércoles, 9 de junio de 2010

UN HIJO CON BUENA AUTOESTIMA O CON EXAGERADA PREPOTENCIA. por Eder Valdez


Se cometen un sin fin de errores en la crianza de los hijos  en el nombre del amor.
Tales como darles todo lo material que ellos piden y que en realidad no necesitan o brindarles una sobreprotección asfixiante.
Con mucha frecuencia me encuentro en el consultorio con padres que le dicen a sus hijos –no te dejes de nada ni de nadie-  y en realidad no saben el daño inmenso que le hacen a sus vástagos. Están criando un ser humano prepotente, arrogante, soberbio y altivo ante sus semejantes. Pasamos el límite de una autoestima sana a la prepotencia.
Lo que en realidad están haciendo como padres ante este modelo de crianza es “Dar para apoyar la propia autoestima”, ¿Cómo es esto?; una persona que no se siente bien consigo misma intenta compensarse demostrando que puede ser un buen padre o una buena madre. Dar para compensar con creces la privación anterior: una frase muy común en los padres es "no quiero que mi hijo sufra todo lo que yo he sufrido". Dar para aliviar la culpa y la incomodidad: a veces las frustraciones del niño llevan a los padres a revivir sus propios fracasos y dolores y esto hace que se sientan incómodos y hacen que el niño o adolecente se ahorre esas frustraciones haciendo por él lo que ellos podrían haber hecho.
Hay que dejar que los hijos luchen sus propias batallas y que ellos sean quienes salgan victoriosos o derrotados, esto es lo que realmente nos ayuda a crear y fortalecer una buena autoestima en el individuo. Ayudarlos cuando en realidad la ocasión lo amerite. De lo contrario, puede llegar a suceder que los niños que en su infancia han sido muy queridos, se han sentido tan abrumados que cuando son adultos tienen miedo a una relación estable, una relación que les absorba. La cuestión no está en educar bien o mal a un hijo, los padres que quieren a sus hijos desean su felicidad, pero hay que saber diferenciar si lo que intentan conseguir es la felicidad del hijo o la suya propia.

EL EFECTO EVITACION; Para evitar las tentaciones, renuncio a las sensaciones.

Es muy frecuente toparnos con personas esbeltas y aparentemente en forma con una expresión contraria y seria, en general con un aspecto perfectamente cuidado. Si luego surge la ocasión de compartir con este tipo de personas una comida de trabajo, desayuno, merienda, etc., notaremos que piden verdura hervida, platos ligeros, sin pasta por supuesto, y que beben rigurosamente solo agua. Además, evitan en lo posible mirarnos mientras desfrutamos de un rico plato de pasta o de una suculenta porción de asado y no podrá contener una mueca serena mientas nosotros degustamos nuestros alimentos. Estas personas sacrifican en el altar de la delgadez todo aquello que pueda parecer peligroso para el mantenimiento de dicho resultado, obligándose a continuas renuncias frente a las sensaciones placenteras. 

Su obsesión se sustenta en la idea, razonable, pero llevada al extremo, de que estar delgados equivale a ser mas deseados y valorados.