pensamiento

by eder.valdez@gmail.com

lunes, 12 de marzo de 2012

No seas como el Toro


En la casa, la familia, la escuela, el trabajo, con los amigos, etc. diariamente nos topamos con gente que, emocionalmente nos hace daño. En esta vida es algo inevitable.
En ocasiones son nuestros padres quienes nos provocan a ira incontenible, otras veces nuestros familiares, amigos y compañeros de trabajo, y ya hablando en términos más generales, los que nos encienden en una ira explosiva y sacan lo peor de nosotros son aquellos que tienen poca relevancia en nuestras vidas.
Hay veces en las que caemos en el juego del ofensor y, tal como a los toros, nos van metiendo al ruedo poco a poco, usan sus palabras como si estas fuesen la muleta y las banderillas que nos desangran poco a poco para luego terminarnos con una mortal estocada.
¿Cuántos hemos caído en ese juego, emocionalmente mortal? Y, ¿Cuántos lo hemos jugado con otros?
Pero, por citar un ejemplo, ¿Qué pasa si el toro no cae en el juego del torero?, por mas de que el torero ponga su muleta roja frente al toro y este trate de provocarlo a ira, si el toro no se mueve sencillamente no se muere. El toro no piensa, no razona, simplemente cae en el juego provocativo del ser humano que al final terminara costándole la vida.
Cuando a nosotros se nos “torea” –por llamarlo así- tenemos la facultad de decidir si, caemos en el juego del torero y entramos al ruedo en donde, seguramente desarmados, tal como el toro, nos desangraremos y terminaremos heridos de muerte por una estocada morimos (emocionalmente hablando), oh, simplemente ignoramos al torero y vivimos.
Dice un proverbio hebreo “Los tontos fácilmente se enojan; los sabios perdonan la ofensa”. (prov. 12.16) yo cambiaria la palabra “tontos” por “toros”, no seamos como el toro que por enojarse pierde la vida, mostrémonos sabios perdonando la ofensa del torero y preservando nuestra vida. 

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