El
éxito que ALIMENTA el fracaso. A esto nos referimos cuando ya logramos nuestro
cometido de bajar esos kilos de más, mantener el equilibrios durante cierto
tiempo y luego, inexorablemente, perder el control y engordar de nuevo. Todo
ello con una repetición cíclica en el tiempo; Se pierde y se recupera peso. Como una irremediable condena, tras de haber obtenido con grandes esfuerzos el logro de la anhelada esbeltez, llega el fracaso de verse nuevamente arrollados por el demonio del hambre compulsiva.En
otras palabras, precisamente el éxito de perder peso mediante el desmedido
esfuerzo de mantener una dieta restrictiva hasta obtener el resultado deseado
hace que el dicho sacrificio no se mantenga despues.
Dicho
de otro modo, lo que dura un tiempo limitado es una buena solución se
transforma a largo plazo en la fuente del problema en lugar de resolverlo.
La primera forma segura de fracasar en el proyecto de lograr un equilibro en la alimentación es la decisión de prohibirse los alimentos con mas calorías. Esto se debe a que, debido a su prohibición, se vuelve cada vez mas deseado, hasta que se cae ante la debilidad y el deseo, y como consecuencia, esto termina en un atracón de comida, abriendo la puerta a la frustración, al fracaso y al desanimo.
Al pasar de los años vamos
desarrollando como seres humanos nuestros diferentes entornos. Maduramos intelectualmente, los profesores se
preocupan por que adquiramos la mayor cantidad posible de conocimientos, que, tal
vez vamos a usar muy poco a lo largo de la vida. Desarrollamos el aspecto
social a tal grado que 365 días del año resultan insuficientes. Algunos seres
humanos buscamos desencadenar el área espiritual y, en muchas ocasiones alcanzamos
esta meta con éxito.
Regularmente es en el periodo de
la adolescencia cuando comenzamos a desplegar todo el desarrollo físico en
nuestro cuerpo. Es aquí cuando vienen todos esos hermosos cambios bruscos en nuestra persona acompañados de
bipolaridades extremas y demás, en otras palabras, somos un caldo de hormonas.
El desarrollo humano es algo maravilloso.
Desde muy pequeño batallé con
problemas de sobrepeso, a decir verdad yo creo que casi toda mi vida.
A decir verdad, hasta los 20
años de edad, yo estaba resignado a vivir con casi 40kg de mas, u, otro yo. Desarrollé
todos y cada uno de los aspectos ya mencionados relativamente con éxito, claro
que la vida no termina cuando se tiene sobrepeso. Pero un buen día me puse a
pensar;
¿Qué pasaría si solo bajara
10kg?, ¿Qué pasaría si redijera 4 tallas?, ¿Cómo me afectaría?, o, ¿Cómo me
beneficiaría?
A decir verdad me formulé
bastantes preguntas, todas y cada una de ellas me llevaron a un solo reto;
bajar de peso.
Como te dije, yo ya estaba
resignado a estar toda la vida siendo un “gordito
feliz”. Muchas personas dicen que mi principal motivación para estar
delgado fue mi novia, lamento decir que no es así, otras tantas dicen que por
acomplejado, y tal vez influyó un poco, si, no lo voy a negar. Y otras tantas
(la gran mayoría) me dicen que por estética, y la verdad, no. Solamente me
decidí a bajar de peso por mi mismo. Una decisión intrínseca. Si tú como
persona haces las cosas por los demás seguramente muy pronto vas a fracasar,
haz las cosas por ti mismo.
Se nos enseña de todo en las escuelas menos a
cuidar nuestra salud. Como ya lo he mencionado en talleres y conferencias, “todos estamos a dieta, mala o buena, pero
estamos a dieta, y esta es tan rutinaria y monótona que cuando no la quitan nos
asustamos tanto que nos resistimos a lo bueno”. El secreto es aprender a comer,
no aprender a prohibir. Comer es algo maravilloso, al igual que estar en forma
y en excelente salud.