Aquí les comparto una fotografía que capturé con mi cámara de pésima calidad. Mi misión es matar el tiempo, y la del tiempo es matarme en su turno a mí, Qué cómodo se encuentra uno entre asesinos. En una tarde de ocio se pueden hacer muchas cosas. Orar, pensar, meditar... tantas cosas, no cabe en mi vida la frase "estoy aburrido".
Me gusta ver esta imagen, me gusta ver la mirada penetrante del Quijote, la mirada paranoica que denota. Pareciere que tiene los ojos puestos en la manchega llanura, que aun contempla los gigantes. Me gusta imaginar lo que podría estar pensando el valeroso Hidalgo.
El temor que muestra es latente, el asombro, la sorpresa. Pero aun con todo eso no deja de empuñar fuertemente la adarga, no baja la guardia de su lanza, no baja la postura. El valeroso caballero ya se mira cansado de cargar el peto y el espaldar, ya se nota su amargura por haber encontrado sepultura a su batallar. Aun no se resigna a dejar sus aventuras frente al mar. El caballero derrotado aun quiere y anhela pelear.
¿A quién miras Don Quijote?, ¿A quién miras con tanto asombro?, ¿A quién miras con tanta paranoia?, ¿A quién miras con tanto temor?
Un día compartiré y tendré tu misma mirada, ese día será cuando vea a mi Rey, a mi Dios, a mi Redentor cara a cara.
Mientras tanto te dejo con un pedazo de tus textos; ¡DIOS TE GUIÉ SOSTÉN Y COLUMNA DE LA CABALLERÍA ANDANTE, DIOS TE DE LA VICTORIA PORQUE LLEVAS LA RAZÓN DE TU PARTE!